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Editorial del Programa ECOS del día 30 de Julio y 1 de Agosto
Los pobres subsidiamos (una vez más) a los ricos en el concierto mundial
El mundo rico puede estar tranquilo, decía en analista George Monbiot esta semana: Sólo se necesita al mundo pobre para que reduzcan sus emisiones en un 125%.
La estrategia climática británica y la del G8 son absurdas. Como se necesita detener las emisiones bruscamente, se convierte en un tema imposible.
El Gobierno británico, por ejemplo, ha prometido recortes espectaculares en las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero también está impulsando nuevas rutas y autopistas, aprobando centrales térmicas, y abandonando la normativa para edificios de bajo carbono. ¿Cómo conciliar estas políticas?
Pues comprando en el extranjero hasta la mitad de la reducción!.
Esto significa que el Reino Unido no recortará un 80% sus gases de efecto invernadero para 2050, como prometió, sino 40%. Porque comprará el otro 40% afuera… a nosotros por ejemplo.
La cumbre del G8 adoptó los dos objetivos clave del Reino Unido: se propuso que los países desarrollados deberían reducir sus gases de efecto invernadero un 80% para 2050, para impedir más de dos grados de calentamiento global.
Qué sucede si las otras naciones ricas adoptan los dos objetivos del Reino Unido? Como en el tercer mundo también tenemos que hacer reducciones, y una parte va a compensar a los ricos… ¿qué reducción imposible tenemos que hacer nosotros?
Si el concepto de justicia global significa algo, las naciones más ricas deberían hacer recortes mayores que las pobres. Pero eso acarrea un precio político. El Norte está haciendo lo mismo que hizo durante la colonia: mandar sus problemas al exterior, y aprovechar del exterior, los beneficios.
Lo que no se comprende 500 años después, es que no vean que no se trata de oro o plata. Sino de algo que inexorablemente retornará en perjuicios a ellos, y a todos los humanos. El Calentamiento global no sabe de fronteras, y de hecho el hemisferio norte será el más afectado. ¿No lo ven?
