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Editorial del Programa ECOS del día 15 y 17 de Octubre de 2009

 


Otra evidencia de los riesgos nucleares ocultos

 

Ustedes saben que el tema de la energía nuclear es algo recurrente en este programa.
Y saben que siempre, siempre ha sido y es un tema del que se habla poco, y se habla con eufemismos. Un tema que genera engaños, ocultamientos y muchos problemas.
Un país no nuclearizado es Chile. No tienen centrales nucleares de potencia y operan mayormente con hidroeléctrica.
Por un si acaso, los ecologistas firmaron con Bachelet un compromiso pre-presidencial, por el cual la presidente no iba a desarrollar esa energía.
También saben que pasado el tiempo, a los acuerdos y compromisos los disuelve la camanchaca y resulta que ahora Chile juega al nene que se encapricha con un reactor.
Pero Chile tiene dos reactores. No comerciales. Pequeños, y temerariamente en manos militares de “aquélla” época, cuando había que ser más machos que los demás y avanzar en la bomba…. Hasta donde el Tío Sam lo permitiese…
Y el Tío Sam le puso frenos a las veleidades atómicas del continente y Chile se quedó con dos pequeños reactores experimentales, Lo Aguirre y La Reina.
La gente (y la prensa) no tienen la menor idea de qué sucede allí. Qué se hace, con qué combustible operan, si acaso operan. Y menos, qué control de radio protección se aplica.

 

 

Hace pocos días, el Ejército informó otro caso de un conscripto enfermo luego de custodiar la central nuclear. El Ministerio de Defensa recibió un oficio reservado del Ejército, que informaba de un nuevo caso de leucemia en un soldado conscripto que cumplía labores de vigilancia en las centrales nucleares de Lo Aguirre y La Reina. Alfonso Miranda Vera, de la 2° Compañía de Policía Militar, fue diagnosticado con leucemia aguda promielocítica en el Hospital Militar.
El oficio trata de justificar el caso (cito) “ante la posibilidad de que la enfermedad que afecta al soldado Miranda pueda ser difundida por los medios de comunicación social”.
La Comisión de Defensa de la Cámara dio a conocer que cuatro conscriptos que hicieron el servicio militar entre 1988 y 1990 fallecieron por leucemia y que una decena sufría ese u otros cánceres.
El Ejército rápidamente está prestando asistencia a la familia de Miranda, (y cito de nuevo) “ante las posibles repercusiones comunicacionales y legales que pudiera acarrear este hecho al Ejército”.
También, para no estar fuera de onda con respecto a todo lo que siempre se dice en relación a estos temas: “se inició un sumario y que se hizo una evaluación radiológica que descartó contaminación del personal militar de protección”.

O sea, es como el Riachuelo que se contaminó solo, o Belén, en Catamarca, que se desecó sola.
Pero no hay que ser necesariamente conscripto para que la radiación gamma haga de las suyas: El documento enviado por el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara, Iván Paredes incluyó una lista del Ministerio de Minería con seis ex funcionarios civiles de las citadas centrales que fallecieron de cáncer desde 1990. Paredes denunció “desidia” de las autoridades ante el tema y anunció una votación en sala para crear una comisión investigadora.
Resumiendo: se mueren como moscas. Las auditorias oficiales dan bárbaro, y claro, crearán una comisión.
Es el ABC del Manual de Inoperancia Gubernamental que se ve que reparten en los ámbitos castrenses y gubernamentales.