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Editorial del Programa ECOS del día 29 y 31 de Octubre de 2009

 

Calculando mal adrede para seguir talando

 

 

La agencia Efe enviaba desde Washington una noticia inquietante: Detectan un error en el método para calcular las reducciones de CO2, principal gas de efecto invernadero.

Un “error de cálculo” en los tratados sobre cambio climático nos estaría llevando de narices a una mayor deforestación en todo el mundo.
La revista Science levantó la voz de alarma, ya que un grupo internacional de científicos estuvo haciendo bien las cuentas.
Básicamente, el pequeño error de cálculo, sobre el que se construyó toda la arquitectura del comercio de emisiones y sus cálculos base, consiste en que no se determinó con precisión la cantidad del dióxido de carbono liberado en la atmósfera como resultado de la producción de bíocombustibles de acuerdo a su origen.
Parece ser que los expertos encontraron que la quema de bioenergía y de energía fósil libera cantidades comparables de dióxido de carbono en la atmósfera. O sea, descubrieron lo que nosotros veniamos diciendo hace rato sobre los agrocombustibles.
Hallaron que la bioenergía puede reducir las emisiones solamente si la biomasa proviene de cultivos de ciertas plantas específicas.
Por otra parte, la quema de bosques libera carbono en la atmósfera de la misma forma que los combustibles fósiles.
Per, según Daniel Kammen, profesor de energía y recursos de la Universidad de California, la contabilidad del Protocolo de Kioto que ha cimentado el Sistema de Emisiones de la Unión Europea y proyectos en la Cámara de Representantes de EEUU, no calculó bien.
¿Qué pasa con esto? que legalmente, la bioenergía de cualquier fuente, incluso la generada por la tala rasa de todos los bosques del mundo, es una manera barata, pero falsa, de reducir las emisiones de gases invernadero de las empresas petroleras, las plantas de energía y las industrias.
“El error es grave, pero se puede resolver” dicen los científicos de la Escuela Woodrow Wilson, de la Universidad de Princetonn.
El Laboratorio Biológico Marino afirma que las grandes emisiones de gases invernadero del uso de la tierra tienen consecuencias no previstas en los programas de biocombustibles: consecuencias que se suman al problema del cambio climático en vez de ayudar a resolverlo.

¿A qué se refiere con “uso directo de la tierra” a las extensiones dedicadas exclusivamente a la producción de bioenergía. El indirecto ocurre cuando la producción de biocombustibles se realiza en tierras donde se han desplazado otras actividades agrícolas, que si captaban dióxido de carbono.
¿Se da cuenta? Otra vez sopa! Otra vez nos engañaron como chicos. Usted no tiene idea de la millonada de dólares que, de Kioto en adelante, se movieron por el mundo subidos a estas cuentas “mal hechas”. ¿Error humano? ¿Error adrede?
Un informe del Banco Mundial evaluó la cantidad: US$ 21.500 millones para los tres primeros trimestres de 2006,
En 2005 había sido la mitad! US$ 11.100 millones.
O sea, duplica año a año.
¿Y los bosques? ¿Qué bosques? ¿Las plantaciones de las que se habló en el congreso forestal mundial?
Seguimos insistiendo. Estamos en manos de unos locos con carné, y el mundo está agonizando, como bien lo cantaba el Nano.