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Editorial del Programa ECOS del día 19 de Abril de 2011

 

A veces… el tiro por la culata. Demandas contra Monsanto

 

 

Se acuerda de Gilles-Eric Séralini, el experto francés docente de biología molecular en la Universidad de Caen, Francia y Presidente del Consejo Científico de Investigación Independiente en Ingeniería Genética que hace mucho tiempo dijo: guarda con el glifosato.
Y que como sus trabajos trascendieron fronteras eran citados siempre por todo el mundo.
Es un investigador de primera línea acerca de los riesgos de los transgénicos y nadie se sorprendió cuando él y su equipo se convirtieron en blanco de una campaña difamatoria en la cual fueron muy activos Monsanto, la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Europa y asociaciones científicas representando la biotecnología en Francia, la Asociación Francesa de Empresas de Biotecnología y el Consejo Superior Francés en Biotecnología.
Este ataque empezó cuando al bueno de Séralini se le ocurrió analizar con mucho cuidado la información que había puesto Monsanto a disposición cuando obtuvo la autorización comercial en Europa de tres líneas de maíz transgénico, MON 863, MON810 y NK603, aprobados por las autoridades.
El equipo averiguó y publicó sus conclusiones: “los datos disponibles revelan toxicidad hepatorrenal, posiblemente a causa de los nuevos pesticidas diseñados específicamente para cada maíz transgénico. Sumado a ésto se observan consecuencias metabólicas directa o indirectamente provocadas, para las cuales la modificación genética no puede ser excluida”.
Cuando empezaron a llover palos, Séralini inició una demanda por calumnias: estaba convencido de que tres investigadores: Claude Allegre, Axel Kahn y Marc Fellous estaban manejando desde las sombras la campaña de intimidación. Y porque esa campaña estaba dañando su reputación, los demandó.
Este año, la corte judicial de París dictó sentencia y lo hizo a favor de Séralini, en medio de una sorpresa generalizada en todo el mundo!
Durante el juicio salió a luz que Fellous, que se presentaba a sí mismo como un científico “neutral” sin intereses personales en juego y que acusaba a quienes critican u objetan a los productos transgénicos de ser “ideológicos” y “militantes”, en verdad poseía patentes de productos genéticamente modificados, de su propiedad, a través de una empresa con base legal en Israel. Esta compañía le vende patentes a corporaciones transnacionales como Aventis.
El abogado de Séralini demostró que varios otros miembros de la Autoridad francesa también tienen estrechos vínculos con compañías de agro negocios.
El juez sentenció una multa de mil euros, a un euro de compensación por reclamo del demandante y a 4.000 euros en costas.
El camino de ‘matar al mensajero’ se ha cobrado una lista de víctimas larga: Arpad Pusztai, Ignacio Chapela y David Quist, Irina Ermakova, Judy Carman, Manuela Malatesta, Andrés Carrasco y muchos otros.

Por añadidura, un grupo de agricultores orgánicos en Estados Unidos demandan a Monsanto!
Organizaciones de agricultores orgánicos y empresas comercializadoras de semillas en Estados Unidos, presentaron una demanda en contra de Monsanto, ante un tribunal de justicia en Nueva York representando alrededor de 270 mil personas.
La demanda responde a una medida de protección para defender a los agricultores orgánicos, algunos cultivos han resultado contaminados con semillas transgénicas de manera accidental, por polinización cruzada por ejemplo, y por ello, aseguran que “parece perverso que un agricultor orgánico pueda ser acusado de infringir los derechos de patentes, pero Monsanto ha hecho previas acusaciones”.
Según Monsanto, la demanda es un “truco publicitario”, calificando las acusaciones de “falsas, fraudulentas y engañosas”. La empresa especificó en su blog que “nunca ha sido ni será la política de Monsanto de ejercer sus derechos de patente en aquellos campos donde sean halladas cantidades o rasgos de nuestras semillas como resultado de medios involuntarios”. Y explicó que “los cultivos de biotecnología ha proporcionado una cantidad de beneficios a los agricultores y al medioambiente (…) incluyendo una disminución de los costos de producción”.
Caramba! En la india los agricultores quebrados se suicidan tomando glifosato! En Argentina miles de compatriotas han perdido sus chacras endeudados en dólares… Podremos seguir diciendo: miente, miente, que siempre algo quedará?