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Editorial del Programa ECOS del día 31 de Diciembre de 2011

 

Los 10 mandamientos del decrecimiento

 

 

The Ecologist publicaba hace unos años, los 10 mandamientos del decrecimiento, que me parece acertadísimo compartir un día como hoy, en algunos fragmentos:

Alimentación. Consuma todos los productos silvestres que pueda, así como los alimentos autropoducidos que pueda. Procure que los alimentos sean biológicos, locales, artesanales… Si no tiene huerto, súmese a una cooperativa, plante en la terraza, proteja al pequeño comercio y las redes locales, compre directamente a los hortelanos. Si puede, haga su yogur, el pan, rechace los productos de grandes marcas convencionales, los transgénicos, los alimentos muy publicitados en TV, la comida basura… Disminuya todo lo que pueda la ingesta de carnes, muy cara ecológicamente hablando. Consuma productos de temporada. Huya de la comida precocinada. Conserve las recetas, las variedades y las tradiciones locales.

Sociedad. Mantenga unida la familia. Teja alianzas con los vecinos, con los demás padres de la escuela de sus hijos, con los compañeros del trabajo, con toda la comunidad y con los amigos. Súmese a cooperativas, redes de consumo local. Promocione una sociedad cordial, sencilla. Es saludable y proporciona buen humor.

Energía. Ahorre toda la energía posible. Consuma, en la medida lo posible, energía que proceda de fuentes renovables. Difunda las fuentes energéticas renovables en el trabajo, el hogar, los centros de estudios.

Cultura. Huya de la homogeneización cultural. Sea creativo. No sea un espectador. Proteja las culturas autóctonas, las lenguas locales, la cultura rural, las raíces, el pasado, la diferencia, la biodiversidad cultural. Proteja a los creadores locales y a las pequeñas industrias culturales de cada zona. La cultura local, el arte en familia, las tradiciones propias fomentan la identidad.

Dinero y consumo. Desprecie la usura. Desprecie la especulación. Fomente la economía, el precio justo, el trueque, el intercambio, los productos verdes. Evite el consumo superfluo, compulsivo, innecesario. Esto evita despilfarro energético, la creación de residuos.

Trabajo. Procure que su trabajo sea lícito. Es decir, que suponga el mínimo impacto posible en la Naturaleza y que tampoco conlleve maltrato o desprecio de otros seres vivos, incluido el ser humano. Procure tener tiempo libre suficiente para dedicarlo a la familia y a las actividades artísticas, sociales. Huya de los trabajos que fomentan la usura y la especulación, el comercio deshonesto, el despilfarro y el consumo compulsivo, el engaño al consumidor.
Que su trabajo no ponga nunca en peligro la existencia de las generaciones futuras.

Salud. La salud es equilibrio. Tenga una dieta saludable, hábitos sanos, una casa sana, huya del estrés. Comprenda el mundo de la salud como un todo que incluye la dieta, los hechos ambientales, el lugar de residencia, el trabajo, el mundo espiritual, la familia.

Política. Hay partidos más o menos sensibles a los problemas ambientales y/o sociales, pero, en su mayoría, no se atreven a cuestionar el modelo actual de crecimiento económico. A lo sumo, hablan de un crecimiento sostenible. Pero el problema es que el crecimiento y la sostenibilidad son, como todos sabemos, incompatibles. La fórmula tendría más que ver con un mundo organizado en base a pequeñas comarcas autogestionadas que con los sistemas nacionales convencionales.

Tecnología. La tecnología no es neutral. La tecnología apuesta por el crecimiento económico y con la ciencia ha creado una nueva religión, cuyos dogmas se distribuyen a través de los medios. Hay diferentes estadios de integración en el mundo tecnológico, con determinados hábitos de consumo, de vida, con determinadas elecciones diarias, conviene fomentar las tecnologías más artesanales, de escala humana, sometidas a un control social, fácil, asequible y directo., es posible encaminar nuestra vida hacia formas de vivir menos adictas a la parte más demencial y aberrante del universo tecnológico actual.

Espiritualidad. El futuro será espiritual o, simplemente, no habrá futuro. Este gran cambio de paradigma que conlleva el decrecimiento económico sólo es posible en el marco de un cambio de paradigma holístico mucho más profundo, que incluya el mundo espiritual hacia una sociedad digna, justa, libre y bella y en armonía con la Naturaleza