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Editorial del Programa ECOS del día 1 de Diciembre de 2012

 

Ansiolíticos en el agua gallega

 

 

Leía en el diario La Voz de Galicia de España, que hallan restos de antidepresivos y ansiolíticos en el agua, y que ese estudio revela la necesidad de mejorar las plantas depuradoras
Varias veces hemos hablado de los antimicrobianos que terminaban, de nuestro jabón bactericida, en el agua del arroyo, el rio o el mar. Pero parece que los antidepresivos o los ansiolíticos para aliviar la ansiedad que toman los gallegos acaban en el inodoro, o arrojados directamente al desagüe, o por una metabolización incompleta a través del agua de la orina o de las heces.
El problema, señala la nota, es que los restos acaban en el agua de los ríos, pese a recibir tratamiento en las depuradoras, e incluso en la de la canilla, según publica la Gaceta Sanitaria, en un trabajo que ha sido coordinado por el grupo de Salud Pública y Ecotoxicología de la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid en colaboración con el Laboratorio de Análisis de Calidad Ambiental de Santiago.
“Las trazas de estos fármacos psicoactivos suponen, según los investigadores, un riesgo para el medio ambiente y tampoco se descarta que un consumo a largo plazo del agua contaminada puede tener efectos para la salud, con lo que alertan de la necesidad de «incrementar la monitorización ambiental de las cuencas fluviales y de mejorar los procesos de tratamiento de las aguas residuales y potables para eliminar estos fármacos».
Los investigadores advirtieron la presencia de ansiolíticos y antidepresivos después de analizar muestras de agua en las estaciones depuradoras de Santiago, Vigo, A Coruña, Ourense y Pontevedra y en agua del grifo de espacios públicos y privados. Los expertos también han constatado que, en algunos casos, la presencia de psicoactivos aumenta después de su paso por la depuradora, lo que puede deberse a que los procesos químicos que tienen lugar en las plantas provocan una reversión de ciertos metabolitos a sus componentes de origen.
El lorazepam, un ansiolítico, es el compuesto con mayores concentraciones detectadas en las cuencas gallegas, tanto en las muestras de río como de grifo, seguido del antidepresivo venlafaxina. El primero se ha localizado en el 87 % del agua pretratada en depuradoras y en el 67 % de la saliente de las plantas. En el primer caso con una concentración media de 11 microgramos por litro y, en el segundo, de 0,7. En el agua del grifo, la presencia de lorazepam se reduce a un 3 % de las muestras, aunque con una elevada concentración para lo que cabría esperarse, de 0,6 microgramos por litro, lo que revela que tampoco ha sido eliminado por los tratamientos de potabilización.
La presencia de psicoactivos en el agua potable podría suponer un riesgo para niños, ancianos o embarazadas, aunque todavía no existen investigaciones con exposiciones a largo plazo que puedan acreditar algún tipo de daño, según advierten los autores del estudio.”
Otra vez el tema de la contaminación crónica. Yo sé qué me pasa si me tomo una caja de ese producto, enterita de una vez. Pero de apoco, y en dosis rarísimas, mezcladas con otros químicos que anden por ahí en mi casa, mi trabajo, el aire, los aditivos, etc. etc. etc. nones.
No es al menos inquietante?
Pero bueno, nos tomamos un vasito de agua de la canilla, y nos quedamos tranquilos!