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Editorial del Programa ECOS del día 14 de Noviembre de 2015

 

Prohibición del Clorpiryfos. Uno poroto más al tarro

 

 

La lista sigue creciendo… 15 años después de que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) haya prohibido el insecticida clorpirifos para uso hogareño, la agencia propuso ahora prohibirlo en la agricultura, debido a su neurotoxicidad.
La EPA hizo el anuncio después de que una corte de apelaciones le pusiese una fecha límite para decidirse sobre la prohibición. "El clorpirifos causa daño cerebral a los niños y envenena los trabajadores y vecinos", dijo Patti Goldman, el abogado de Earthjustice a cargo del caso. "Por fin, la agencia está señalando su intención de proteger a los niños, los trabajadores y sus familias mediante la prohibición de este plaguicida peligroso. Es imperativo que la EPA se mueva rápidamente".
Han llamado a la demora de la EPA para definir esta regulación del clorpirifos como "atroz", ya que la petición es del año 2007.
"Dado que la ciencia tiene evidencia increíblemente fuerte sobre los daños a la salud de este plaguicida, es absurdo que la EPA se haya tomado tanto tiempo para actuar", dijo la doctora Margaret Reeves, Científico Senior en el PAN (Pesticide Action Network).
En diciembre de 2014, la EPA reconoció finalmente el enorme corpus científico que correlaciona la exposición al clorpirifos con daños cerebrales a los niños, incluyendo cociente intelectual reducido, retraso en el desarrollo, y pérdida de memoria. Y encontró que la contaminación del agua potable con este plaguicida era especialmente perjudicial para los bebés, provocando además graves riesgos para los trabajadores que lo manipulan.
Esta decisión pondría fin a todos los usos del clorpirifos que dan lugar a residuos en los alimentos, como los que nosotros hemos hallado y el SENASA también, aquí en Argentina, de manera sistemática, contaminación del agua, o la deriva a las escuelas y hogares vecinos a los campos donde se aplica.
Año a año vamos viendo pasar el cadáver del enemigo por delante de nuestras casas, como dice el dicho popular. La lista de sustancias prohibidas crece día a día, aunque lamentablemente pasen varias cosas:
- La lista de nuevas sustancias que se agregan es descomunalmente larga
- Los fabricantes hacen lo imposible para ocultar los riesgos todo lo posible.
- Las autoridades genuflexan delante de las corporaciones que los producen y aceptan sin rechistar las falsas declaraciones de inocuidad, y no chequean ni testean de modo independiente, el grado de toxicidad real.
- Las agencias reguladoras, como en este caso la EPA o hace poco con el glifosato, la OMS (Organización Mundial de la Salud) tienden a seguir idéntico camino y demorar décadas en aceptar la profusa evidencia de daño que rodea a un sinnúmero de sustancias de uso habitual
Como decía el Dr Lajmanovich, investigador CONICET-UNL, estas sustancias son como una pistola: matan. Pero igual nos dicen sus fabricantes: “no está del todo probado. Hay que seguir disparándole a la gente para cerciorarnos de que matan”.