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Editorial del Programa ECOS del día 16 de Abril de 2016

 

Más nuclear? No, gracias

 

 

En estas épocas en las que nuestros gobernantes andan por ahí hablando con los chinos para hacer más centrales nucleares, creo que está bueno recordar rápidamente que
Primero: Buena parte de la población europea no quiere más energía nuclear. Los accidentes de Chernobyl y Fukushima hicieron crecer el rechazo a este tipo de energía. Sus instalaciones podrían ser objetivo de grupos terroristas y además, la gestión a largo plazo de los residuos altamente peligrosos (de hecho, los más peligrosos de todo el planeta) sigue siendo un misterio, y ni siquiera Europa pudo resolver.
Segundo: el costo. En Europa durante los próximos 35 años se usarán unos 500.000 millones de euros para prolongarles la vida a las centrales que hay, y construir otras nuevas. Y no han puesto en la cuentita lo que deberán pagar por desmantelar los viejos reactores y… gestionar los residuos.
Tercero: cuando hablamos de energía nuclear en el país, pensamos en la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) caja negra que jamás otorga reportajes y que es bastante famosa, en su aspecto nuclear, por sus macanas e incumplimientos, que no son de una fábrica de chupetines sino que involucra instalaciones y materiales de una peligrosidad nunca antes vista.
Incumplimientos? Dos ejemplitos: pegarse el faltazo a la audiencia pública judicial en la cual debían fundamentar por qué querían reabrir su mina de uranio en San Rafael, o… entregar la evaluación de impacto ambiental de la central atómica de Embalse, Córdoba, un par de añitos tarde.
Macanas? El abandono total y absoluto sin remediar de sus instalaciones mineras de uranio. Al punto que hace una semana, los legisladores respondieron a la provincia de Córdoba que viene reclamando desde hace unos veinte años para que les remedien Los Gigantes, aguas arriba del Dique San Roque en Carlos Paz. Y parece que Nación intervendrá… como si la CNEA estuviese bajo la órbita de la Administración planetaria marciana.
En fin, que mientras nadie nos cuenta qué se hará con la basura nuclear en Argentina, ni por qué no agregan a la cuentita del Kw. hora el costo de lo que hubiera sido necesario hacer en las minas abandonadas, o cuánto saldrá un repositorio nuclear y su custodia por miles de años, se sigue coqueteando con los chinos para hacer más centrales.
Una perlita: (que charlaremos con Federico Kopta en un par de semanas) en el estudio de impacto ambiental entregado tardíamente en febrero, del reciclaje de la central de Embalse, dice que es imposible que se caiga un avión arriba de la central.
No, si los muchachos de la CNEA tienen todo calculado. Habría que haberles dado una mano a los norteamericanos para decretar que un avión no podía ir sobre las torres…
Como sea, el lado bueno es que es generadora de empleo: sumemos la cantidad de gente que a lo largo de 24.000 años mínimo, deberá custodiar nuestra basura nuclear! Es fantástico! Es un montón de gente.
Y los ingenieros que se quebrarán la cabeza tratando de cambiar las leyes de la física y que lo radiactivo no irradie más! Y la de médicos que estarán –cuando se desocupen de Fukushima- atendiendo los padecimientos de la exposición a bajas dosis, que contra toda lógica biológica, se ignora!
Como para no decir luego que da (o dará) puestos de trabajo!