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Editorial del Programa ECOS del día 17 de Junio de 2017

 

Contaminación del aire y nacimientos prematuros

 

 

Hoy quería abrir con una información que proviene de científicos de la Universidad de York en el Reino Unido, y del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati y la Universidad de Cincinnati en Estados Unidos, que han estado trabajando en averiguar qué relación hay entre contaminación del aire en nuestras ciudades y los nacimientos prematuros.
Y han presentado públicamente sus resultados que nos ponen los pelos de punta pues asocian la contaminación del aire en las ciudades con 2,7 millones de nacimientos prematuros anuales en el mundo.
Trabajaron con datos de 2010 y revelaron que esos 2,7 millones de nacimientos prematuros, (que viene a ser el 18 por ciento del total de prematuros) estaban asociados con la exposición a materia particulada fina en el exterior, categoría PM 2,5 partículas en suspensión no mayores de 2,5 micras, que son especialmente dañinas para la salud humana, porque pueden penetrar muy profundamente en los pulmones.
¿De dónde vienen las partículas ésas? De las emisiones de vehículos diésel, e incluso las generadas en la quema de desechos agrícolas.
Evitar estas dos cosas, podría salvar vidas de bebés y mejorar las consecuencias para la salud, ya que cuando un bebé nace prematuro existe un mayor riesgo de muerte o de discapacidades físicas y neurológicas a largo plazo.
Claro que hay muchos factores de riesgo que provocan nacimientos prematuros, desde la edad de la mamá hasta ciertas enfermedades, factores sociales, estrés. Siempre se había sospechado que el aire contaminado de las ciudades nada bueno podía traerle a nadie, pero, ahora, pavorosamente, sumamos a las víctimas de sus efectos un grupo particularmente sensible para todos: los bebés prematuros. ¿No es espeluznante?