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Editorial del Programa ECOS del día 19 de Mayo de 2018

 

¿Ponerle un nombre “bio” a los transgénicos?

 

 

Múltiples fuentes relevaron un escándalo más de la saga Monsanto.
El Codex Alimentario es el que establece los requisitos para una supuesta alimentación sana. O por lo menos, no dañosa. Es administrada por la FAO y la OMS, y a través de unos casi 30 comités, establece normas y directrices sobre inocuidad de los alimentos para sus países miembros.
Tuvo lugar hace poco una de sus reuniones, en Berlín, donde intentaron definir a los ingredientes alimentarios genéticamente modificados como 'biofortificados' y, por lo tanto, engañar a los consumidores con ese nombre tan bonito y prometedor. “Biofortificados”… suena bien!
El mandato original del Codex define “biofortificación” como la mejora de la calidad nutricional de los cultivos alimentarios a través del fitomejoramiento convencional (no la ingeniería genética) con el objetivo de hacer que los nutrientes sean biodisponibles a través de la digestión humana. Por ejemplo
El aumento del contenido vitamínico y mineral de los cultivos alimentarios básicos, obtenidos mediante el cruzamiento convencional, como aumentar el contenido de vitaminas o hierro de las batatas para una mejor nutrición.
Por suerte ese intento fue frustrado gracias a varios que saltaron como leche hervida: la Federación Nacional de Salud, organización no gubernamental de salud pública, que es, de hecho, la única ONG internacional en salud representada en el Codex.
Pero… la batalla continúa.
Sin embargo, según el presidente de esta ONG, Scott Tips, Monsanto quiere reelaborar esta definición para incluir los alimentos biofortificados a través de transgénesis, y aparentemente ha logrado influir en los delegados del Codex en esa dirección. Tips añade que está seguro que “Monsanto estaría encantado de poder comercializar sus productos sintéticos con un nombre que comience con la palabra 'bio'”.
Ya en la reunión de 2016, la presidenta de la comisión que trataba este tema, Pía Noble, esposa de un ex ejecutivo de Bayer, había opinado que la definición debería incluir la tecnología recombinante y los transgénicos.
La UE así y todo, planteó una objeción válida de que esta definición de "biofortificación" tiende a causar confusión debido al uso generalizado de la palabra "bio" que es sinónimo de "orgánico". Por suerte, los países de la UE apoyan esta posición de rechazo.
En la reunión del Codex en Berlín, Scott Tips habló a los 300 delegados y dijo que se han dado cuenta que hablando de biofortificación, “el concepto está en el proceso de ser secuestrado para convertirse de algo bueno a algo malo” y que, si el Codex lo permite, estará involucrándose en el engaño de comercialización del peor tipo.
Ahora que los transgénicos están metidos en el mercado, la mayoría de los consumidores desean etiquetar los alimentos transgénicos. Solo en los Estados Unidos, aproximadamente el 90% de los consumidores desean ese etiquetado.
A lo largo de los años, Scott Tips y sus colegas de la Federación Nacional de Salud han puesto sus esfuerzos incansablemente para que retroceda la influencia corporativa en el Codex. Ahora se le deja al comité resolver el asunto en la reunión del próximo año o incluso en la siguiente.
Los consumidores miramos y comemos.