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Editorial del Programa ECOS del día 22 de Junio de 2019

 

Si le damos entidad jurídica a un banco o a una fábrica de armas, ¿por qué no le damos entidad jurídica a la Naturaleza?

 

 

Noticias de la ciencia y Tecnología y su web Amazings contaba que los científicos piden en un manifiesto el reconocimiento de derechos para la naturaleza.
Lo escuchamos venir de Bolivia, quizás del Ecuador, pero ahora viene Suecia y de España. Porque José López-Bao, científico de la Universidad de Oviedo en España, Guillaume Chapron de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y Yaffa Epstein de la Universidad de Uppsala en Suecia, han publicado un artículo en la revista Science en el cual afirman que la destrucción de la naturaleza es un error moral que debe ser detenido.
“Esta afirmación no está basada en evidencia científica, pero no es menos válida que la afirmación de que dañar al ser humano es un error moral”, dicen.
Derechos de existencia, de hábitat o del cumplimiento de funciones ecológicas. “Existen propuestas interesantes relacionadas con el reconocimiento de los derechos de propiedad de las especies a sus hábitats”, señalan.
Se busca promover los derechos de formas de vida no humana, aunque los derechos de los animales, como los derechos humanos, están focalizados en el individuo (el hombre, el perro, el ave) mientras que los de la naturaleza se asemejan más a derechos colectivos. Ellos afirman que “Se pueden hacer paralelismos con los derechos colectivos, como los de las naciones a la libre determinación o el derecho a la protección cultural” y que habría que enfocarse en los derechos de las comunidades naturales, los ecosistemas u otras entidades naturales que están vivas o sustentan la vida, como las montañas o los ríos. En 2018, por ejemplo, se reconoció la personalidad jurídica del reino animal en la India.
Con total lucidez, estos científicos nos recuerdan que “se han otorgado derechos a entidades no humanas como corporaciones o estados, e incluso se está discutiendo sobre la personalidad jurídica de los robots” pero, sin embargo, “el debate sobre los derechos de la naturaleza parece en un segundo plano”.
Claro que reconocen que quedan varias preguntas por contestar y que todo análisis debe realizarse con las contribuciones de varias disciplinas. Hoy, tal y como están diseñadas, la mayor parte de las leyes ambientales existentes regulan, más que bloquean, la destrucción del mundo natural. La crisis ambiental se está acelerando. "Sobre el total de las especies evaluadas en el informe, se estima que alrededor del 25% de las especies están amenazadas, y que, al menos, un millón de especies están amenazadas de extinción”, explican. De manera general, las leyes ambientales por sí solas no han sido capaces de revertir la tendencia actual de la crisis de biodiversidad”.

Me gustó esto de que le damos entidad jurídica a una sociedad anónima que fabrica heladeras, o a un banco, que lucra con la usura, pero no se la damos a la red natural que nos mantiene vivos.
Increíble, ¿no?