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Editorial del Programa ECOS del día 18 de Abril de 2020

 

Otra mirada a la pandemia

 

 

En estos tiempos de pandemia, y de reflexión, buena gente se ha puesto a hacer buenos trabajos. Entre ellos, el querido Enrique Leff, quien, desde México, me ha enviado lo siguiente:
“Coronavirus: síntoma de la insipiente intervención humana en el metabolismo de la vida
Hoy el mundo atraviesa por la mayor crisis sistémica: la conjunción sinérgica de todas las crisis: económica, financiera, ambiental, climática, epidemiológica y moral; ontológica, ecológica y existencial. La crisis civilizatoria de la humanidad expresa de manera virulenta su olvido de la vida.
El COVID19, que infecta los cuerpos, afecta sin duda y profundamente a la economía, al capital que gobierna al mundo, que ha desencadenado la degradación entrópica y el cambio climático del planeta, que de maneras enigmáticas pero cada vez más evidentes, está asociado a la “liberación” y mutación de los virus al invadir y trastocar el comportamiento de los ecosistemas, alterando la resiliencia, el metabolismo y el “sistema inmunológico” propio de la biosfera.
Pero, como hemos argumentado, para estabilizar la vida en el planeta no basta el decrecimiento; es necesario deconstruir el capital y construir otra racionalidad (una racionalidad ambiental), para emancipar los otros modos de comprensión de la vida. No podemos celebrar la pandemia del COVID19 como el triunfo del virus en representación de la naturaleza en su guerra contra el capital. La naturaleza había sido por siempre la agencia que gobernaba los cursos de la vida en la biosfera, como lo afirmó Vernadsky hace un siglo… hasta que el capital llegó a desplazarla para constituirse en el régimen ontológico dominante que gobierna al mundo y que destina la degradación de la vida del plantea en la era del capitaloceno. La deconstrucción de la racionalidad que domina al mundo y degrada la vida no será obra del coronavirus.
Ojalá que la pandemia del coronavirus, como la peste en la Antigua Grecia, resulte un acontecimiento histórico que alcance a instaurar en la conciencia humana la inteligencia de la vida; que logre recodificar el silogismo aristotélico “todos los hombres son mortales”, para recomponer la vida de Gaia, de la Pachamama. Para instaurar en el pensamiento a un nuevo silogismo: la vida es naturaleza/Soy un ser vivo/soy naturaleza. Ojalá sea el agente activador de una revolución del proceso civilizatorio, de la emancipación de la vida que la crisis ambiental hasta ahora no ha logrado instaurar en el Logos, en la Psique y en la Conciencia humana: para reaprender a vivir; para llegar a habitar el planeta en las condiciones de la vida.
Sigamos pensando y actuando juntos. Cuidemos nuestras vidas, las de los nuestros, de los otros, la de la vida”.