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Editorial del Programa ECOS del día 23 y 25 de Julio de 2009

 

Sigue el manto de silencio sobre el dinero sucio a las universidades

 

 

Muy buenas… ustedes perdonen que vuelva sobre lo mismo cada tanto, pero es que no tenemos respuestas…
Una centena de investigadores de la UBA, docentes, becarios, han enviado una Nota a su Rector , Dr. Rubén Hallú, en la que dicen: “hay muchas razones por las cuales una sociedad responsable, libre y pensante debería negarse a la producción de la minería a cielo abierto que tanto rememora al coloniaje con su despojo de territorios y cuerpos. Son razones como la contaminación, el despilfarro de recursos limitados como el agua, la energía eléctrica, el escaso valor de uso de estos metales que, básicamente, se utilizan como reservas de riquezas y consumos suntuarios. Varios equipos de investigación de la Universidad de Buenos Aires abordan desde distintas disciplinas los temas relacionados con esta actividad desde una ciencia y un pensamiento social críticos.
No obstante el sistema universitario y científico podría jugar un papel aún más significativo porque es uno de los pocos actores públicos que puede proveer los saberes técnicos independientes. La universidad pública podría generar un servicio de suma importancia no sólo a las localidades en disputa con las corporaciones mineras sino a todo el país que necesita conocer qué decisiones toman nuestros gobernantes en materia productiva cuando los bienes comunes están en juego. Lamentablemente no ocurre con la minería y es de público conocimiento que muchas instituciones universitarias están trabajando al servicio de las corporaciones, en este caso, las grandes mineras. No es un secreto, estas relaciones se exponen como grandes logros en materia de convenios, colaboraciones, extensiones.
Es muy significativo que cuando muchas investigaciones que generan conocimiento independiente avanzan conectando distintas disciplinas científicas, una de las empresas mineras más cuestionada decida repartir dinero a todo el sistema universitario. Y es muy lamentable que la Universidad de Buenos Aires lo haya aceptado y que aún el Consejo Superior no lo haya discutido.”
Volvemos a decir: hace más de un mes que pedimos explicaciones a nuestra universidad.
Y solo hay silencio como respuesta. Si usted tiene que ver con la universidad, pregunte, moleste, inquiera. Lo mejor que podemos hacer por los contaminadores y los corruptos, es guardar silencio.