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Editorial del Programa ECOS del día 29 de Abril de 2010

 

Locura nuclear

 

Saben que siempre en este programa hablamos del tema (del problema) de la energía nuclear.
Saben que EE.UU. se encarga de retirar de los países de América el uranio de alto enriquecimiento que exista como desecho de reactores, en operaciones secretas. Si no lo sabían, ahora lo saben. Argentina es parte de ese “acuerdo” por el cual, entre gallos y medianoche, EEUU viene y se carga lo que le interesa en la noche (siempre) por rutas secretas (siempre), saliendo por puertos sin anunciar. Quizás por delante de mi casa una noche ha pasado un convoy cargado con residuos. Quién sabe.
El otro día salió un cargamento de Chile, de sus reactores militares de La Reina y Lo Aguirre en una operación secreta, rumbo a Carolina del Sur.
El uranio altamente enriquecido podría ser usado como arma nuclear por grupos terroristas, dicen los estadounidenses.
O sea ¿el mundo es más seguro porque USA guarda y reprocesa el combustible nuclear gastado de los demás?
El 26 de febrero estaba todo listo. Después de nueve meses de trabajo, los expertos en energía nuclear de Chile y de Estados Unidos habían terminado de depositar y sellar en contenedores los 14 kilos de uranio enriquecido.
El plan era trasladarlo en la noche del domingo a San Antonio, puerto donde esperaban los barcos que se lo llevarían a Estados Unidos.
Pero vino el terremoto y tuvieron que cambiar los planes.
El nuevo "Día D" se fijó para el miércoles 3 de marzo. A las 23 horas, sendos convoyes salieron desde las plantas de La Reina y de Lo Aguirre. Unos setenta efectivos de Carabineros -del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), de las Fuerzas Especiales y de la 30ª Comisaría de Radiopatrullas- conformaron una rueda de traslado del material radiactivo, integrada en total por ocho camiones, reforzado por un segundo anillo de protección, que conformó el personal de Fuerzas Especiales, Y monitoreados desde el aire por un helicóptero de Carabineros.
El convoy llegó al puerto de Valparaíso a las 4:30 de la madrugada del 4 de marzo. La Armada dirigió el proceso de carga de los buques, que atracaron y partieron a horas distintas, entre las 6:00 y las 20:00 horas.
El gobierno de Obama pagó US$ 10 millones por la operación.
¿ En qué estado quedaron las plantas donde funcionaban los reactores después del terremoto?
En tiempos de democracia, y de zonas declaradas democráticamente como “no nucleares” ¿no habría que reflexionar acerca de ello?
A todo esto gente del propio gobierno chileno se molestó: De toda esta coordinación y el paso de la carga por la Región, no se enteró el director regional de la Oficina Regional de Emergencia (Oremi), Guillermo de la Maza, aún cuando se desarrolló con apoyo de Aduanas, Carabineros, Ejército, Armada, Conama y Aduanas,
Además, se llevó a cabo los días posteriores al terremoto, en que la zona percibía réplicas continuamente. De hecho, el 11 de marzo, se produjo una alerta de tsunami que obligó a la población a la evacuación de los sectores aledaños a la costa.
Recordó que existe un protocolo para el traslado de sustancias peligrosas que en este caso no se habría cumplido y que rige en los casos en que las cargas pasen por un asentamiento urbano, “en que ya sea por carreteras o no, hay un paso por la ciudad. Si hablamos de que esta carga llegó al puerto, bueno, los puertos no son entes de otro planeta, sino que están insertos en la ciudad y por lo tanto el traslado se hace por las ciudades. Esto debió avisarse para saber qué estaba pasando hacia el Puerto y así estar preparados”, dijo.
A todo esto, y con una población chilena en ignorancia de lo que pasa, cuando se gastaban 10 millones de dólares para mover uranio porque había que llevárselo a Obama, la gente se moría debajo de los escombros, y se hacían colectas para los chilenos en todo el mundo.
Y a todo esto, el gobierno del hermano país prepara la institucionalidad que permita la instalación de plantas de energía nuclear en Chile
El ministerio está trabajando en dos frentes: la creación de un cuerpo normativo general, que siente las bases para el desarrollo de este tipo de energía, y la de un organismo independiente para la fiscalización del tema eléctrico-nuclear.
Así como lo oye: centrales nucleares en el país más sacudido de América.