Skip to: Site menu | Main content

Editorial del Programa ECOS del día 4 de Junio de 2011

 

La naturalización de la contaminación

 

 

Está, pero ya es parte de la vida, vio? Ya no la vemos.
Por ejemplo, le leo una noticia que circuló por Chile la semana pasada:

Las autoridades de Salud y Medioambiente de La Araucanía recomendaron a niños y ancianos a no exponerse a peligrosos niveles de contaminación del aire recomendaron permanecer en sus casas diariamente, desde las 22 horas, para no exponer su salud a los peligrosos niveles de contaminación del aire que están afectando a las ciudades de Temuco y Padre Las Casas. Esto salió en el diario El Mercurio de Chile.

O sea, no se va al origen del problema, sino que se pide a las víctimas que se encierren en sus casas.

Exagero? Vean este otro episodio:

Alumnos argentinos fueron premiados en el mundial de la ciencia en Estados Unidos, coordinados por una bióloga platense.
¿Qué presentaron los chicos? Un sistema simple y económico para potabilizar agua, que fue elegido entre los 1.500 mejores proyectos de investigación de estudiantes secundarios de todo el mundo.
Cuatro alumnos de la Escuela Técnica Nº 12 de la ciudad de Buenos Aires:
Excelente noticia… ahora por qué potabilizar el agua? Qué tenía el agua que estudiaron?
La idea nació como un impulso solidario. Los pibes se habían enterado de las dificultades para obtener agua potable en una escuela jujeña, debido a qué?... a la contaminación de las napas por la actividad minera. 1.500 dólares ganaron los chicos por buscar una manera de sacarle el agua contaminada por las mineras a una escuela.
¿Qué paso con las mineras?
¿Por qué? Tiene que pasar algo?
No siente como que está un poquito al revés la cosa? Que no solo estamos matando síntomas sino que ya no nos extraña ni siquiera nos llama la atención el tema? Lo leí en varios diarios, y nadie hablaba de por qué las mineras están contaminando, ni salieron a decir que el premio pudo ser fraudulento nadie del equipo que defiende a las mineras.
Nadie dijo nada. Eso es lo peor.
Lo hemos naturalizado de tal manera que pone la piel de gallina.