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Editorial del Programa ECOS del día 20 de Junio de 2013

 

Antibióticos en el ambiente a partir de tratamientos veterinario

 

 

El descontrol al usar antibióticos en animales puede perjudicar a la salud humana global más de lo sospechado.
Lo trabajamos ya varias veces, en relación a los feed lots, y a la creciente producción y uso de antibióticos, aproximadamente la mitad de los cuales se usa en la ganadería, agregando ahora que se refleja en un aumento en la cantidad de genes de resistencia a los antibióticos.
Eso reduce la capacidad de los antibióticos para mantener a raya a las enfermedades, en animales y en personas.
Un nuevo estudio muestra que China, el mayor productor y consumidor de antibióticos en el mundo, y muchos otros países, no supervisan debidamente el uso de estos potentes medicamentos ni su impacto en el medio ambiente.
Leemos en los medios que en granjas porcinas comerciales de china, el equipo de Yong-Guan Zhu de la Academia China de Ciencias, encontró 149 genes resistentes a antibióticos únicos, algunos a niveles entre 192 y 28.000 veces mayores que los presentes en las muestras de control.
"Nuestra investigación se llevó a cabo en China, pero refleja lo que sucede en muchos lugares del mundo", advierte el microbiólogo James Tiedje, profesor en la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, y miembro del equipo de investigación. "La Organización Mundial de Sanidad Animal y la Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos han estado abogando por una mejor regulación del uso veterinario de antibióticos".

 


La regulación del uso de antibióticos en China es poco firme, y ese país utiliza cuatro veces más antibióticos para uso veterinario que Estados Unidos. Como los animales no absorben bien estos medicamentos, gran parte de ellos terminan en la bosta, estimado en unos 700 millones de toneladas anuales sólo en China. Tradicionalmente, este residuo se ha utilizado como fertilizante agrícola, o ha terminado en ríos o en aguas subterráneas, llevando consigo los genes resistentes.
Además de dispersarse con los fertilizantes, también se propagan mediante el transporte internacional de mercancías y pasajeros.
La exposición diaria a antibióticos, como por ejemplo los presentes en la alimentación destinada a los animales de granja, permite que prosperen los microbios que portan estos genes. En algunos casos, estos genes resistentes a los antibióticos adquieren mucha movilidad, lo que significa que se pueden transferir a otras bacterias que son capaces de causar enfermedades en los humanos. La situación es preocupante porque las infecciones causadas por estas bacterias farmacorresistentes no pueden ser tratadas con antibióticos.
Pueden alcanzar a la población humana a través de cultivos agrícolas y de agua potable. Debido a ello, representan un riesgo global para la salud humana y deberían ser clasificados como contaminantes, de modo urgente.
Siempre recordamos aquí el sistema de hacinamiento de los feed Lots. Vemos que además de lo que ya trabajamos, en términos de contaminación del agua, los olores, la carne grasosa, también resulta un foco peligroso de difusión de genes resistentes a antibióticos.