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Editorial del Programa ECOS del día 18 de Noviembre de 2017

 

Francia desnuda su problema nuclear

 

 

A veces siento la necesidad de pasar en limpio varias informaciones que suelen estar dispersas, y que juntas nos dan otro sentido que estando desparramadas.
En el mundo nuclear, en estos últimos programas hemos podido ver cómo Francia, que era la meca nuclear, que sabía exactamente qué hacer y que las cuentas le cerraban resultó que:
Por un lado, la basura nuclear. Durante años creí que Francia tenía alguna solución oculta para su basura nuclear porque era evidente que generaban cualquier cantidad de residuos nucleares. Pero, ¿adónde iban? La empresa que regentea las centrales pone el logo de reciclado y dicen que la basura nuclear se recicla. Si, asi como lo oye.
Pero resulta que ese “reciclado” es mandar su basura por barco y tren a Rusia, que se reprocese allí, y se devuelva – a veces- el 5% del volumen de residuos. El 95%... queda en Rusia! Rusia es el basurero nuclear francés! Yo no podía creerlo.
Y después, de ese 5%, qué pasará? Pues el basurero nuclear en Bure que escuchamos en los otros dos programas anteriores, que están haciendo con una fuertísima oposición de los lugareños, y a espaldas del pueblo francés.
Vaya con ese punto!
Por otro lado, el costo…caramba, Electricité du France debe montoneras de dinero y los números no les cierran. Recién ahora empieza a conocerse esto, que fue secretísimo durante tantos años.
Y en tercer lugar, asociado a esto, el reconocer que lo nuclear, de sustentable no tiene nada.
El gobierno francés anunció en estos días, que detallará a finales de 2018 cuántas centrales nucleares cerrará para reducir el uso de energía nuclear.
Si, lo dijo el ministro de Medio Ambiente de Francia, Nicolas Hulot, al diario francés 'Le Monde'.
Francia espera reducir el uso de energía atómica en la generación de energía del 75 que utiliza actualmente al 50 por ciento para 2025.
Por qué? Si lo nuclear era una fiesta en Francia, recontra sustentable, seguro y sin residuos…
Hulot va a presentar su llamado "acuerdo verde" sobre la transición energética en la primera mitad de 2018, para reducir al 50 por ciento la participación de la energía nuclear. Ahora parece que la nuclear no pinta verde.
Qué curioso, no? Se ve que ya les desborda el tema, y que ante el retroceso en todo el mundo de la energía atómica, no ha quedado otra que empezar a asumir que es la más cara, la más peligrosa y la menos sustentable.
Bueno, era hora. Era la meca de la energía nuclear, y está abandonando el barco.