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Editorial del Programa ECOS del día 9 de Marzo de 2019

 

Comienza otro juicio contra Monsanto-Bayer

 

 

Ha empezado en EEUU un juicio más contra Monsanto, la filial de la corporación química Bayer. En esta causa investigan los presuntos riesgos del Roundup, el nombre comercial más conocido del herbicida glifosato.
Por supuesto, la empresa niega las acusaciones e insiste en que carecen de fundamento científico.
Monsanto es ahora la empresa química subsidiaria de Bayer que se enfrenta a a los tribunales norteamericanos por los presuntos riesgos de cáncer de su herbicida glifosato.
La demanda fue presentada por Edwin Hardeman en los juzgados de San Francisco. Este señor, culpa al Roundup de Monsanto de haberle generado el cáncer de ganglio linfático que padece, acusando a la empresa de haber ocultado los riesgos, asegurando que el producto era inocuo, por lo cual, no se tomaban recaudos para su uso.
Claro que la empresa rechazó las acusaciones, como era de esperarse.
Para Bayer es una verdadera papa caliente, porque este caso puede derivar en una demanda colectiva, en ser modelo para muchas demandas más.
Detrás de esta demanda, solo en este caso, Bayer ya tiene 1.300 demandantes tan solo en los en Estados Unidos.
En San Francisco, adonde está radicada esta denuncia original, ya hay cientos de demandas. Se calcula que en todo Estados Unidos hay unos 9.300 demandantes.
Los ojos de millones de personas están fijos en ese caso. Y muy preocupados, en verdad.
Ya en el primer día de juicio, el juez estadounidense ha impedido que los abogados discutan un eje en este tema: la supuesta manipulación de la ciencia por parte de la corporación química.
El juez estadounidense Vince Chhabria se puso como loco, y amenazó con sancionar y echar al abogado de un paciente de cáncer por hablar sobre la influencia de Monsanto en los reguladores gubernamentales y la enorme influencia que produce en la investigación del cáncer, pagando a científicos mercenarios que escriben lo que la corporación les dice que tienen que escribir.
Increíblemente el juez prohibió a la abogada Aimee Wagstaff que se hable de eso, y le dijo que la echaría si decía una palabra más sobre el tema.
Edwin Hardeman, tiene 70 años, vive en Santa Rosa, California, y usó glifosato durante varias décadas. Los abogados intentaban explicar cómo Monsanto había eliminado de todas las webs y publicaciones, durante años los estudios que daban resultados negativos, y ha encargado estudios favorables sobre su herbicida para influir en el público y los reguladores.
Para el juez, las cuestiones sobre su influencia en la ciencia y en el gobierno eran una "importante ... distracción".
Las preocupaciones del juez se enfocan en un fallo del año pasado, cuando un jurado también en California emitió un veredicto histórico y dijo que Monsanto era responsable del cáncer de un enfermo terminal y que le tenía que pagar 289 millones de dólares de indemnización.
Cuando eso sucedió, recordemos, que Bayer sufrió una caída del 30% en el precio de sus acciones y ahora ve acercarse desde el horizonte más de 9,000 demandas.
La abogada dijo que "El jurado escuchará sobre la ciencia, pero no escuchará cómo Monsanto influyó en ella". Y el juez dijo que estaba considerando una multa de $ 1.000. Y le dijo (escuchen bien) que sus declaraciones eran "increíblemente tontas".