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Editorial del Programa ECOS del día 6 de Junio de 2020

 

Buenas intenciones en la UE

 

 

Cuando uno escucha propuestas maravillosas, uno no sabe si viene en serio o no. Si acaso es maquillaje verde. O si es un súper plan que, puestos a correr, se desinfla en el primer intento y queda en un puñado estéril de buenas intenciones.
¿Por qué digo esto? porque en mayo la Comisión Europea presentó la Estrategia sobre Biodiversidad, y la Estrategia “de la granja a la mesa”, que aspira a garantizar un sistema alimentario sólido, sostenible y resiliente que funcione en todas las circunstancias y que sea capaz de dar acceso a los ciudadanos a un suministro suficiente de alimentos a precios asequibles.
Vamos a ver qué objetivos se ha planteado Europa en La Estrategia “de la granja a la mesa”:
Una reducción del 50% en el uso de los plaguicidas químicos y del 50 % en el uso de los plaguicidas más peligros de aquí a 2030.
Una reducción de las pérdidas de nutrientes en un 50% como mínimo, garantizando que no se deteriore la fertilidad del suelo. Esto reducirá el uso de fertilizantes en al menos un 20% de aquí a 2030.
Una reducción del 50% de las ventas de antimicrobianos para animales de granja y para la acuicultura de aquí a 2030.
Y el uso del 25 % de las tierras agrícolas para la agricultura ecológica de aquí a 2030.
Dicen que es evidente que pueden tomarse medidas para reducir el riesgo y el uso global de plaguicidas fomentando prácticas de gestión integrada de plagas, y por eso la Comisión revisará las Directivas actuales, y promoverá un mayor uso de métodos alternativos seguros, ayudando a incorporar sustancias activas biológicas y reforzará de paso la evaluación del riesgo de los plaguicidas que se usan hoy.
La Comisión junto con los Estados miembros van a hacer un plan de acción de gestión integrada de nutrientes para reducir el uso de fertilizantes y fomentar el reciclado de nutrientes procedentes de residuos orgánicos.
Hará los nuevos reglamentos sobre medicamentos veterinarios y piensos medicamentosos, para reducir el uso de antimicrobianos en animales de granja.
Y va a apoyar la agricultura ecológica en la UE, fomentando la demanda y la contratación pública ecológica en las escuelas y las instituciones públicas.
Esta estrategia “de la granja a la mesa” quiere recompensar a los agricultores, pescadores y otros operadores de la cadena alimentaria que ya hayan superado la transición hacia prácticas sostenibles, y ayudar en la transición a todos los demás.
Además, dará apoyo con el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca a la acuicultura de alimentos marinos sostenibles.
Parece que va a haber declaraciones ecológicas voluntarias y también un marco de etiquetado de alimentos sostenibles que incorpore los aspectos nutricional, climático, medioambiental y social.
De paso busca llegar a la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de reducir a la mitad, de aquí a 2030, el desperdicio de alimentos per cápita.
Todo eso. Suena demasiado bien para pensar que va a funcionar. Ya que estoy viendo a las cinco o seis corporaciones alimentarias que producen casi la totalidad de la comida ultraprocesada, chatarra, rápida, que en estas pulseadas suelen tener más fuerza en su puño que todo cuanto se escriba en el papel.
¿Imaginan a Mac donalds siguiendo esta política? tendría que cerrar sus 33.000 sucursales en 119 países. O Pepsico renunciando a sus 13.000 millones de dolares anuales de ganancia con su comida chatarra. O los 37.000 millones de dólares de Coca Cola.
¿Qué harán con ellos? le dirán al repartidor que llega con el camioncito: no pibe, no compramos más?
¿Qué harán estas empresas? reconvertirán su producción para tratar de convertirse en sanas? Si entendemos de qué va esto, será inútil que lo intenten, porque ellos están divorciados del alimento de cercanías, del alimento sin pesticidas, y del alimento sin una huella criminal ambiental. Eso no lo van a poder hacer.
Depende del consumidor, como siempre, que deje de pedir lo que está matando al mundo y de paso, se lleva puesta su propia salud física. Pero, ¿lo haremos como consumidores?