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Editorial del Programa ECOS del día 2 de Septiembre de 2023

 

Autos eléctricos

 

 

Días atrás, leía en Noticias de la Ciencia, de España, una reflexión sobre el futuro de la movilidad, y allí se preguntaban si será sostenible que todos los coches sean eléctricos. Señalaban que a medida que nos enfrentamos a desafíos ambientales y buscamos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, la transición hacia los vehículos eléctricos se ha convertido en una de las principales tendencias en la industria automotriz.
Pero surge la pregunta de si será sostenible que todos los coches pasen a ser eléctricos. Y revisan varios aspectos que me han parecido interesantes de compartir:
Beneficios ambientales de los vehículos eléctricos, hay y son muchos: sin caño de escape y utilizando motores eléctricos, no emiten gases contaminantes de efecto invernadero. Además, si la electricidad utilizada para cargar los vehículos proviene de fuentes renovables, como la solar o la eólica, los beneficios ambientales se amplifican.
Un desafío es la infraestructura de carga. Actualmente, la red de estaciones de servicio que ofrecen carga eléctrica es menos accesible que las que venden nafta o gas.
Otra es el impacto en la producción y reciclaje de baterías, ya que la transición a los vehículos eléctricos plantea desafíos en las baterías de iones de litio, con una mayor extracción de minerales y recursos naturales. Hay esfuerzos para el desarrollo de baterías más eficientes y sostenibles, lentamente. Además, los programas de reciclaje de baterías puede abordar este tema con un poco más de criterio.
Otra faceta del tema es que la adopción generalizada de vehículos eléctricos va a requerir fuentes renovables en la matriz eléctrica y su gestión inteligente de la demanda, porque a medida que aumente la demanda de electricidad para cargar los vehículos, va a ser necesario garantizar un suministro sostenible y estable.
La conclusión es que la transición hacia los vehículos eléctricos ofrece una promesa significativa en términos de sostenibilidad y reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. Pero comporta desafíos, como la infraestructura de carga, la producción y reciclaje de baterías, la mineración conflictiva. No sabemos si vamos hacia un futuro en el que todos los coches sean eléctricos de manera sostenible. Pero en comparación con los desastres ambientales que el cambio climático, hijo de una civilización de combustibles fósiles están haciendo con estos eventos extremos y tantas otras externalidades, debiésemos sentarnos a revisar cómo desentrañar este nudo para que sea beneficioso no solo para los que manejan automóviles, sino para los que viven en las zonas del litio, o los que tienen que vérselas laboralmente con el reciclaje de materiales peligrosos. Hacia algún lado hay que ir para cortar el petróleo. Reducir el consumo de energía sabiamente podría ser un buen primer paso. Lástima que casi nadie lo mira desde ese ángulo.