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Editorial del Programa ECOS del día 30 de Septiembre de 2023

 

Dos breves nucleares

 

 

Hoy tenemos un programa muy compacto y quiero abrir apenas con dos noticias breves:

150 residentes de las prefecturas de Fukushima, Miyagi y alrededores del noreste japonés presentaron una demanda pidiendo la interrupción del vertido al mar del agua de la accidentada central nuclear de Fukushima.
La demanda, la primera de este tipo desde que comenzara el vertido a finales de agosto, fue presentada en el Tribunal de Distrito de Fukushima en contra de la empresa propietaria de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), y el Gobierno central japonés, responsables del plan, según informó la agencia local de noticias Kyodo.
La denuncia pide detener el vertido, alegando que amenaza el derecho de los ciudadanos a vivir de forma segura y que obstaculiza los negocios de los pescadores locales, que se han mostrado abiertamente críticos con el proceder del plan.
Millones de toneladas de agua contaminada ha sido generada en las instalaciones, bien por los trabajos de enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido o de filtraciones de agua de lluvia en las mismas a lo largo de los años.
La central se está quedando sin tanques ni espacio físico para instalarlos, por lo que se ha optado por verter el agua depurada al mar, un proceso que se prolongará al menos durante 30 años.

La otra: Un hombre contrajo cáncer por trabajar en una planta de uranio cerca de Bariloche y deberán indemnizarlo. Es un extrabajador de Invap SE, que estuvo varios años en la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu. Contrajo cáncer riñón con metástasis en el pulmón tras mantener contacto regular y prolongado con sustancias de alta toxicidad. Por esta razón deberá ser indemnizado por la ART responsable de la cobertura.
La Cámara Laboral Segunda de Bariloche falló a favor del trabajador y consideró probada “la relación de causalidad” entre las tareas que desempeñó el demandante y su enfermedad que obligó a extirparle el riñón izquierdo, además de someterse a largos tratamientos de quimioterapia.

Como sea, la energía nuclear es diacrónica (o sea, nunca termina de pasar en el tiempo) y siempre, peligrosa.