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Editorial del Programa ECOS del día 2 de Marzo de 2024

 

Acompañarnos, no esclavizarlos. Animales domésticos

 

 

 

Estamos super acostumbrados a vivir rodeados de animales: quien no tiene un gato, tiene un hamster o hay un perro dando vuelta por el barrio. Y eso solo en entornos urbanos. Más nos alejamos de las ciudades y aparecen otros animales como parte del paisaje y de nuestra vida.
¿Desde cuándo existe ese vínculo entre humanos y animales? ¿Cuándo se inicia la domesticación?
Hay que entender que la domesticación fue un hito clave en nuestra historia como humanos, punto de partida de una relación casi simbiótica entre nosotros y los otros animales. ¿Se sabe cuándo se domesticaron los primeros animales? ¿Qué dice la ciencia al respecto?
Si empezamos por el perro, ese compañero milenario, es considerada uno de los primeros y más viejos ejemplos de esta relación entre humanos y bichos. La ciencia puso foco en la genética y en la arqueología para averiguarlo, y se determina que los perros fueron domesticados hace al menos 15.000 años, y posiblemente antes. Claro, no eran caniches de adorno sino aliados para cazar, protegerse, como alarma, y hasta compañía y ayuda en tareas diarias. Esa domesticación del perro marcó el inicio de una colaboración no solo útil, sino también afectuosa entre nosotros y ellos.
Pero cuando el hombre empieza a dejar de andar de aquí para allá, y descubre que no necesita irse sino más bien sembrar, y se sucede la llamada Revolución Agrícola, ese vínculo se amplía y se diversifica, porque surge también además de la agricultura, la ganadería.
Y ahí hay todo un capítulo de domesticación de animales herbívoros, básicamente manejables, seguros y comestibles, como cabras, ovejas y vacas, que se produce en paralelo con el desarrollo de la agricultura. Y eso fue hace unos 10.000 años. Aquí ya no era el perro que seguía moviendo la cola a su patrón, sino humanos que criaban variedades de animales para comérselos o para que cumplan funciones como herramientas de trabajo. De ese modo, se obtenía de modo regular carne, leche, lana y se podía tirar de un carro, de un arado, o trasladarse en carreta. Claro que acá aparece oro mamífero mucho más grande y más cercano al hombre, casi como el perro: el caballo.
La domesticación del caballo inició la movilidad y el comercio. Fue un hito significativo en nuestra historia, que sucedió hace unos 5.500 años. Además de la velocidad (un hombre a pie va mucho más despacio que uno montado a caballo) la introducción del caballo tuvo un impacto profundo en el comercio y claro, en la guerra. No solo se abrían rutas comerciales, sino que aumentaba la velocidad y la eficacia de las conquistas.
Qué otros animales se domesticaron en el pasado? En diferentes regiones y en diferentes tiempos, la domesticación de cerdos, gatos, gallinas y otros animales proporcionó beneficios adicionales a las comunidades humanas, diversificación de dietas alimentarias, control de plagas (los gatos fueron clave a la hora de proteger un granero) y hasta como fertilización con sus guanos o abonos.
La domesticación de animales marcó la historia de la humanidad. Y hasta se volcó en otras áreas: vestimentas de cuero o lana, alimentos nutritivos, nuevos trabajos y especializaciones, sino que también derramó en las culturas, el arte, los mitos, y hasta desarrollo tecnológico.
Somos muy humanos.5 e inteligencia artificial y hologramas y vuelos a Marte, pero esta relación simbiótica entre humanos y animales sigue, y seguimos dependiendo de ellos para muchas cosas.
Desde aquellos 10.000 años en pasado y el primer perro caminando al lado de su dueño, la domesticación de animales fue un catalizador para el desarrollo humano. Revisar estos orígenes nos ayuda a comprender mejor nuestras raíces y el papel fundamental que los animales han desempeñado en nuestro largo camino como especie. Poco a poco los animales han ido obteniendo legislación propia, penalización a la crueldad animal, y hasta se empiezan a designar “personas no humanas” a aquellos que, dados los contextos apropiados, han demostrado capacidad de comunicación con nosotros (como los gorilas que hablan en lenguaje de señas, o los delfines cuyos dialectos se decodifican por la ciencia como estructuras de diálogo).
El vegetarianismo es un paso probable y claramente posible que tal vez en un futuro sea moneda común. Algo en nuestro interior se mueve si tenemos que degollar un animal mirándolo a los ojos, o si acaso lo criamos como mascota.
En el entretanto, hasta que las sociedades avancen y ya no se mate para vivir, miremos y respetemos a los animales, como compañeros de viaje en este planeta en el que la humanidad trata de mejorarse muy lentamente.