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Editorial del Programa ECOS del día 9 de Marzo de 2024

 

El fraude del reciclado plástico

 

 

El diario.es replicaba una nota de The Guardian, en la que expone un informe que evidencia cómo los fabricantes de plástico han engañado sobre las posibilidades reales del reciclaje. “Hagamos, hagamos más y más plástico porque total, después sabemos exactamente qué hacer con toda esa basura”, sería el título en criollo. Las empresas del plástico llevan décadas diciéndolo, aunque disponen de evidencia acerca de que eso, es ciertamente poco viable. Esta investigación tiene su origen, cuándo no, en una ONG llamada Center for Climate Integrity
Saber que el reciclaje no es una solución económica o técnicamente viable para la gestión de los residuos, no les ha impedido a las empresas promocionarse durante décadas. “Las empresas han mentido; es hora de exigirles responsabilidades por el daño que han provocado”, dicen.
Como sabemos, el plástico se fabrica a partir de petróleo y de gas y es extremadamente difícil de reciclar. Para lograrlo habría que clasificarlo meticulosamente porque en cada objeto hay variedades (cientos de tipos diferentes por su composición química) y no pueden reciclarse juntas, en un proceso casi imposible y carísimo puestos a hacerlo bien.
Además, cada uso repetido del plástico reciclado, si se hiciese, le va quitando calidad hasta que ya no sirve ni para felpudo.
La industria tiene conocimiento de estos problemas desde siempre, los ha ocultado sistemáticamente impulsando campañas de marketing de reciclaje infinito y sencillo.
La investigación se basa en investigaciones anteriores y en documentos internos difundidos donde se demuestra hasta dónde y cómo se ha engañado a todo el mundo.
Los propios expertos de las industrias se la pasan diciendo a sus jefes políticos que el reciclaje de plásticos es “antieconómico”, que “no debe tomarse como una solución permanente para los residuos sólidos”, y que “no puede continuar de manera indefinida”. Tan serio es el material que se ha hallado, que estas pruebas podrían incriminar a empresas petroleras y petroquímicas, así como a sus asociaciones comerciales, por infringir leyes de protección contra el marketing engañoso y contra la contaminación.
La estrella de este tema del reciclado es el plástico de un solo uso, que obliga al cliente a comprar de modo permanente. Negocio redondito.
Pero cuando el público empezó a darse cuenta que incinerarlo no era la solución y que arrojarlos a los basurales tampoco, (con el inicio de la onda de no dar más bolsas en los supermercados) la industria busco una estrategia nueva: el reciclaje. Sigan, sigan, que nosotros los reciclamos.
“El reciclaje simplemente prolonga el tiempo que lleva desechar un producto, no puede prolongarse de manera indefinida y no soluciona el problema de los residuos sólidos”, dijo en 1989 el director del Vinyl Institute en una conferencia del sector plástico.
A pesar de que digan que una botella puede volver a ser una botella, una y otra vez, eso no es cierto. La infraestructura adecuada para el reciclaje del plástico es cara, inaccesible para los recuperadores, y el proceso de la separación de cada partecita de una pieza de varios plásticos, imposible de realizar ya solo desde el punto de vista económico.
Está claro que están cometiendo un fraude, y encima cada dia lo complejizan más. Ahora vienen con el reciclaje químico, un proceso que descompone en moléculas diminutas los polímeros para fabricar nuevos plásticos, combustibles sintéticos y otros artículos, solo que contaminando y consumiendo más energía que la que se utilizó para el plástico original. La industria del plástico sabe que el reciclaje químico tampoco es una solución para los residuos plásticos, pero se aferra para no enfrentar que han venido ocultando y mintiendo.
Algunos reaccionan, como el fiscal general de California que inició una investigación sobre las petroquímicas “por su responsabilidad en provocar y agravar la crisis mundial de contaminación por plásticos”.
En febrero de 2023, se descarriló un tren tóxico en Ohio que impulsó un movimiento por la prohibición del cloruro de vinilo, un carcinógeno que se emplea en la fabricación de plástico. La EPA (Agencia de Protección Ambiental de EEUU) movió un dedo y dijo que haría un análisis sanitario en aras de una posible prohibición. En 2023, el estado de Nueva York presentó una demanda contra PepsiCo, alegando que sus plásticos de un solo uso violan leyes de seguridad ciudadana y que la empresa engañó a los consumidores sobre la eficacia del reciclaje.
Deberemos esperar aún más para que por estas latitudes se alcen reacciones oficiales sobre este tsunami silencioso y enmascarado de los plásticos en nuestras vidas.